miércoles, 22 de febrero de 2012

La cara de la muerte.

La cara de la muerte.


No se sabe cuando llega,

ni tampoco en dónde se encuentra.

Aunque todo el tiempo está allí, a los pies

[del lecho.

Parece que nunca la hemos visto,

que no la hemos habitado.

¿Cuándo ha de mostrar su rostro?

En el momento más esperado

[y en el menos, también.


De mil maneras se ha imaginado:

Alegre, agresiva, oscura, sombría

De papel picado, de cartonería.

¡Está por todos lados!


Pero al parecer, nunca sabremos cómo es.

Conocemos las caras de los muertos,

sus faces sin vida, cuyo rostro quedó frío y tieso,

cuando vieron la cara de la muerte.



La cara de la agonía.


¿Es el muerto el que agonizó?

¿Fue el vivo quien vio su hora llegar?

O en realidad su gente fue la que vivió la peor agonía

Quienes vieron cómo gota a gota – o de trancazo

[dio el paso infinito.


La cara del doliente.


Rostros oportunistas, hipócritas,

sollozando más duro que reses en el matadero

¿Agonizaron con el finado? ¿Sufrieron realmente el padecer?

¿O sólo frente a los congregados quieren aparentar su amor

[o dizque dolor?