miércoles, 20 de marzo de 2019

Bolera

Caminando por las calles de la ciudad, decidí bolear mis botas que estaban todas lodosas. Recién bajé del transporte, encontré a una señora con su cajón, cepillos, grasas, ceras y todo lo necesario para dar lustre al calzado de los transeúntes.
De inmediato le pedí un trapazo, y empezó. Muchas veces cuando estoy en una situación así, platicvo un poco, hago un par de preguntas, medio para entretenerme y medio para conocer y escuchar qué dice la gente.
Me quitó la primera agujeta, me enjabonó el calzado, y empezó la charla.
Casi empezando, empezó a decirme que estaba muy desesperada, que no sabía qué hacer porque su hijo había tenido un accidente y se había quebrado la cabeza, y que necesitaba un aparato para salvarlo. Insistió en su deseperación, y que el niño estaba en el Gea, y que el doctor le dijo que con que consiguiera ese aparato lo salvaba. Entonces, llegó el sablazo. Me dijo que sólo necesitaba doscientos pesos, que eso costaba y que con eso lo salvaba. Hizo una pausa y sigui me preguntó "¿Usted no tendrá doscientos pesos que me preste?". Al principio no escuché bien, y luego ya entendí bien que quería que le prestara. "Yo estoy aquí todos los días, se lo pago cuando venga"-
Guardé silencio un rato. Le pregunté otras cosas, como dónde vivía. Me dijo que en un albergue por viaducto, pero que no le gustaba, porque hay muchos drogadictos y borrachos. Su esposo la dejó según me contó, y su familia la corrió de su casa. También que hay muchas envidias entre boleros, porque el de la otra esquina dice que ella les roba a los clientes.
Al tiempo me volvió a decir con lágrimas de su hijo, que sólo necesitaba los doscientos. Como yo no respondía, me empezó a preguntar en dónde trabajaba, que cómo le hacía para vivir y cosas así.
De todos modos, no traía efectivo, así que le pagué la boleada, un poco más y una naranja que llevaba.
Espero que sea lo que sea, que le vaya bien.


martes, 19 de marzo de 2019

¡Chín!

I

-¿Por qué tanto desmadre? Odio el tráfico que se hace en los tréboles ¿no crees?
-Pues sí, pero mira: son los polis los que hacen el desmadre. De todos modos mira cuantos se meten en tercera fila y los de tránsito nomás mueven la mano pero los dejan pasar.
-Pues sí, uno que viene haciendo cola pa pasar decentemente y de todos modos a esos chacales les vale madres.
-Avanza que se te va a meter el micro... métele...
-Aguanta, nos va a dar...
-No ni madres, no lo dejes pasar al cabrón...
-Aguanta, leve, ¡frena...! ¡Chín!

II

-Esos méndigos microbuseros les vale madre todo ¡no es posible! Ni porque ponemos la patrulla y los conos pa que no se metan, de todos modos se clavan en tercera fila.
-Y luego resulta que se encabronan cuando les decimos que no se claven, que hacen un desmadre...
-A ver dile por el altavoz que no manche...
-Microbusero: haz favor de incorporarte en orden al flujo de coches por favor, nomás estas haciendo tráfico... no seas terco, hasta un burro entiende mejor que tú...
-Mira mira mira, le va a dar, le va a dar ¡Chín!

III

-A ver súbele, son Los Ángeles Azules ¿no?
-Simón.
-Clávate ahí, deja saco la mano pa' que te metas
-Simón
-Clávate, clávate, adelante hay pasaje... ¡súbale, lleva lugares!
-Chale con los automovilistas, hacen un montón de tráfico y ni nos dejan pasar...
-Clávate, clávate, yo te echo aguas...
-...
-...
-...
-...
-Chale, este güey no me deja pasar.
-¡Clávate, clávate! ¡acelera!
-...
-¡Clávate, clava... ¡Frena, frena! ¡Chín!