martes, 2 de abril de 2019

Adiós, Guacarrocker.

Ayer estaba viendo mi Facebook por la mañana, y leí en la página homenaje a Illy Bleeding que mostraban condolencias por la muerte de Armando Vega-Gil. De inmediato me fui a Twitter para ver de qué se traba y, efectiva y desafortunadamente, se oficializaba el deceso del Cucurrucucú.
Este cuate le hacía a un montón de cosas: era bajista, escribía, hacía cine, escalaba, buceaba "en aguas infestadas de sal" según lo escrito en el "Forjando Patria", alguna vez tocó el chelo, pintaba...
Yo conocí su obra primero que nada por Botellita de Jerez, particularmente el Superespecial Desenchufado (Un-plug)" que mi hermano trajo a la casa en sus tiempos de CCHero. Un disco muy divertido e ingenioso. Poco tiempo después fue El Último Guacarrock, cuando se desintegró el grupo, y así pasó un tiempo, el cual coincidió con buena parte de mi adolescencia, y también de mi primer etapa en la Universidad. Por recomendación de un amigo, comencé a leer los textos del Armambo en la entrañable revista La Mosca, en su columna del "Diario íntimo de un Guacarroquer" y sobre todo, empecé a escuchar los primeros discos de Botellita de Jerez que conseguí quemados en Filosofía y Letras. 
Básicamente, en ese tiempo no la pasé muy bien en la carrera, pero parte de lo que me alegraba o lo que buscaba era no sé, algo así como mi identidad, distinta a la del pandroso de la secundaria y medio skato de la prepa, y entonces la onda del guacarrocker me cayó perfecto, ya que enarbolaba cosas como la mexicanidad y el Rock, basado en las raíces y en la mezcla que cantaban " Si tu novia es una mezcla entre la Janis y la Lola Beltrán [...] si tu mezclas en tu taco aguacate con un disco de Rock, y le agregas a Chuck Berry, José Alfredo y una pizca de blues". Ciertamente eso me alegraba, incluso le puse estoperoles a algunos de mis pantalones de mezclilla, como si fueran botones charros. Y en parte me identificaba con el Armando porque en esos tiempos su columna de La Mosca era muy cruda, escrita desde una depresión muy fuerte según el dijo alguna vez, y eso compaginaba con mi enojo y mi sacón de onda que pasaba por aquel entonces.
Las luchas de niño siempre me gustaron (y me siguen gustando) y también eso cuadraba en la guacacultura. Parte de lo que me hacía sentir bien en esa época era sacar en mi guitarra las canciones de Los Botellos (aún no tenía mi bajo),y me alegraba. Y ahora que tengo mi bajo, muchas veces he sacado algunas canciones según las interpretaba el Cucurrucucú.
Cuando dejé Odontología, y en ese momento me liberé de esa carga, me surgió una etapa muy creativa entre la dicha liberación y entre el enamoramiento que tenía con una chica de la Facultad, lo cual hizo una combinación idónea y como principal producto surgió este blog. Si leen algunas de las entradas más antiguas, notarán que la escritura está muy influenciada por el Guacarrocker que, según sus términos, yo usaba en ese momento como "andadera", es decir, cuando copias o emluas los recursos narrativos de algún autor de tu agrado en lo que encuentras tu estilo. Incluso, tengo una reseña de una presentación de un libro de luchas, en la que también hubo palomazo de Botellita, que pueden leer aquí.

Varias veces lo ví, en tocadas sobre ruedas en favor de las comunidades de Chiapas (te brindaba su autógrafo super amable), en varias tocadas y en la Improlucha. Siempre accesibles (Arau, El Mastuerzo y el mismo Vega-Gil), se mochaban con las fotos y demás.
En fin. El caso es que, y a lo que voy, quiero manifestar que Armando Vega-Gil fue una fuerte influencia para mí en varios sentidos, uno de ellos, el saber que puedes hacer varias cosas, puedes ser multidiscplinario y tienes que hacer las cosas que te gustan, con gusto pero también con compromiso. También que hay que echar desmadre, que hay que hacer las cosas divertidas y que tienes que tener compromiso y amor con lo que haces.
Su muerte me impactó. Lo que está alrededor es otra cosa que no sé si deba abordar por lo pronto ahora. Lo que me queda claro es que estamos en una época muy compleja en cuanto a cómo se da la comunicación y el cómo los sucesos pueden ser vistos de un millón de maneras, desde infinidad de cristales diferentes. 
Descansa en paz. Guacarrocker. Nos ayudaste a muchos a encontrar un camino, una identidad, una personalidad. Te extrañamos y te admiramos.




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