¡Silencio! Zona de Hospitales

El día 2 de febrero esta ya bien cerquísimas, y de ello se acordarán sobre todo quienes obtuvieron un Niño Dios el pasado día de Reyes, incluído yo. Y pues sí, todos estamos puestísimos pa exigir que, los que salieron con premio, no se vayan a rajar con los tamales, atoles y guajolotas (que, así como vamos, el año que entra tendremos que importar el nixtamal). Pero en torno a este día pasan cosas rete interesantes en varios lares, pero yo voy a platicar un poco de lo que acaece acá en mis tierras xochimilcas.

Como sabrán, el 2 de febrero es el día de las candelas, o de la Candelaria, que es lo mesmo. Es el día en el que se supone que fué la presentación del niño Jesús, y se conmemora, antes que con los tamales, con una misa en la que se bendicen tanto al niño como a las velas que llevan con él. De ahí lo de la candelaria.

En Xochimilco hay una tendencia a adorar niños milagrosos, entre los cuales contamos al Niño de Belén, al Niño Dormidito, al Niño de San Critóbal y al que más rifa: el Niñopa. Éste último cambia de mayordomo justamente el día de la candelaria y esa fecha es de locura en Xochi porque llevan a todos los niños a bendecir, con sus respectivas oleadas de gente.
Por ser esta una fecha tan importante, particularmente en esta delegación sureña, los fieles ponen especial empeño en arreglar a sus niños dioses de todo a todo. Lo primero es "curarlos".

Cuando en estas fechas se camina en la plaza principal, en el centro de Xochijiuston, se encuentran varios puestos dedicados a los niños dios. Muchos de ellos son "hospitales" o "clínicas" dedicadas a reparar y restaurar niños dioses, que con el ajetreo de pasar de una caja a otra, en espera de épocas navideñas, es muy común que se vayan deteriorando: que le faltan dedos a las manitas o a los piecitos, que se le quebró una pierna, que parece que se le chamuscaron las pestañas y ya no tiene... en fin, toda una gama de lesiones se presentan en los niños.

Los hospitales reparan niños de yeso, madera, porcelana y cualquier material del que estén hechos. Se pegan, se resanan y se vuelven a pintar; de hecho, en el tránsito se percibe en muchos puntos un fuerte olor a laca de aerógrafo. También, al mejor estilo de las altas salas de belleza, se anuncia: "Se ponen pestañas", y es que si se fijan, muchos de los niños tienen ( o mas bien ya no) pestañas que parecen de a devis.

Entre los diversos nombres de los locales encontramos "Hospital Infantil del Niño Jesús", "Clínica El Milagrito", "Hospital de niños Chuchín", "Miguelito" "Preciosa Sangre de Cristo II" y un etcétera con nombres muy ingeniosos.

Por otra parte, estan los puestos que se dedican a los atuendos de los niños ya reparados. Dos elementos fundamentales en ellos son el trono para el niño, y un listón que le ponen, los cuales se venden por separado del atuendo. La gama de ropones para los niños es tan variada como la cantidad de devociones de los fieles. Ahí tenemos que hay: el santo niño de Atocha, de San Judas Tadeo, Santiago Apostol y San Martín Caballero; que si no le gusta de santo, existen también del Arcangel Zadquiel, Uriel y Jobiel. De los que mas ví fueron el niño de la Abundancia, el niño de las Uvas, de los Olivos y de las Palomas. Si es usted un pecador que peca mucho están los niños del Perdón y de la Misericordia. Ora que si aún está cautivado por Juan Pablo II, le venden el ropón para vestir al niño de Papa. ¿Floricultor? el niño de las Rosas y el de los Alcatraces es para usted. O el de las Rosas del Tepeyac si es usted Guadalupano. Si usted le pega duro al huarachazo, está el niño Conchero (danzante azteca) y el niño Chinelo, pa bailarle al Niño vestido de Niñopa. Uno de los que más me lamó la atención fue un Niño Jesús vestido de... ¡Jesús! pero camino al calvario, con el pelo al hombro, corona de espinas y su sangre en el rostro. Para curarlo, y estando en zona de hospitales, no podían faltar el Niño Médico y el Niño Cirujano.